Remedios de Escalada 20 de noviembre de 2025.
El 20 de noviembre de 1945 se inauguró ante el Tribunal Militar Internacional de Núremberg el primer proceso penal internacional de la historia contra los principales responsables del régimen nacionalsocialista. Durante casi un año (20 de noviembre de 1945 – 1 de octubre de 1946), 22 altos dirigentes del Tercer Reich fueron juzgados por cuatro categorías de crímenes hasta entonces sin precedente codificado universal:
Conspiración para cometer crímenes contra la paz.
Crímenes contra la paz (planificación y desencadenamiento de guerra de agresión).
Crímenes de guerra.
Crímenes de lesa humanidad.
De los 24 inicialmente acusados (Martin Bormann fue juzgado en ausencia), 12 fueron condenados a muerte por ahorcamiento, 3 a cadena perpetua, 4 a penas de entre 10 y 20 años y 3 fueron absueltos.
Legado jurídico perdurable
Los Juicios de Núremberg marcaron hitos fundamentales del derecho internacional contemporáneo:
Afirmaron el principio de responsabilidad penal individual de los líderes políticos y militares, incluso cuando actúan en nombre del Estado (“el Estado no es una entidad que pueda delinquir; son los hombres quienes delinquen”).
Consagraron la guerra de agresión como “crimen supremo” del que derivan los demás crímenes internacionales.
Sirvieron de base directa para:
– Los Estatutos de los Tribunales de Tokio, ex-Yugoslavia y Ruanda.
– El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (1998).
– La prohibición universal de los crímenes de lesa humanidad y el genocidio (Convención de 1948).
Ochenta años después, el mensaje de Núremberg conserva plena vigencia: ningún cargo, ninguna orden superior ni ninguna “razón de Estado” exime de responsabilidad por crímenes atroces.
La justicia internacional, con todas sus limitaciones, nació aquel 20 de noviembre de 1945 en la sala 600 del Palacio de Justicia de Núremberg.
“No debemos olvidar jamás olvidar que el acta de acusación que hoy se lee podría mañana dirigirse contra nosotros mismos”
(Robert H. Jackson, fiscal jefe de los Estados Unidos, discurso de apertura, 21 de noviembre de 1945).
En memoria de las víctimas y en homenaje a quienes hicieron posible que el derecho prevaleciera sobre la fuerza.
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