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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Otro año que se va y como dice una canción: el tiempo no para... Por Roberto C. Suárez

Para los argentinos este ha sido un año largo y de temores cotidianos; de verdades parciales reveladas y de fe en el desconcierto generalizado. El saldo hoy ya es recuerdo del cambio que nos azotó como viento frío en la jeta, inmerso en un invierno demasiado largo, que se comió nuestra primavera y alguna ilusión. 2016 es hoy el recuerdo profano de cuando se  desataron los miedos burgueses contra los negros marginados y perversos, ladrones de celulares, honores y vidas.  De cuando la década robada dió paso a la década gestionada (pero financiada con deuda) de cuando se multiplicaron las causas de corrupción como el milagro de los panes del nazareno. Fe en el porvenir -lugar común si los hay- y un desconcierto por un futuro tan cercano como irremediable.   Milton Friedman líbranos del Neoliberalismo berreta, de los mercaderes del templo y de vos mismo. Feliz año nuevo. RCS

Después del futuro sólo podrá venir más futuro El mundo en el que vivirán nuestros hijos será tan diferente del de nuestra infancia como aquél lo fue respecto de la Roma de los Césares por Ariel Torres

Publicar esta columna el último día del año. De hecho, no recuerdo que tal cosa haya ocurrido antes. Y es raro porque, de algún modo, estos artículos deben, por fuerza, estar mirando siempre 20 minutos en el futuro. No sólo porque a quienes nos dedicamos a esta forma de periodismo el progreso nos fascina, sino también porque estamos viviendo en una era en la que el concepto de avance técnico adoptó formas y ritmos inéditos en la historia humana. Hoy, en las vísperas de un nuevo año, me gustaría reflexionar sobre lo que significan estos avances más allá de la mera novedad tecno de la semana. Uno de los impactos más fuertes de la digitalización recaerá sobre el empleo (o a favor del empleo, depende de qué decisiones tomemos). Muchos hemos advertido sobre esto muchas veces antes, pero el discurso político no hace sino insistir en una lógica que huele a naftalina. Donald Trump debería erigir un muro en torno del Silicon Valley, no en la frontera con México, si quiere preservar puestos de t