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Otro año que se va y como dice una canción: el tiempo no para... Por Roberto C. Suárez

Para los argentinos este ha sido un año largo y de temores cotidianos; de verdades parciales reveladas y de fe en el desconcierto generalizado.

El saldo hoy ya es recuerdo del cambio que nos azotó como viento frío en la jeta, inmerso en un invierno demasiado largo, que se comió nuestra primavera y alguna ilusión.

2016 es hoy el recuerdo profano de cuando se desataron los miedos burgueses contra los negros marginados y perversos, ladrones de celulares, honores y vidas. 

De cuando la década robada dió paso a la década gestionada (pero financiada con deuda) de cuando se multiplicaron las causas de corrupción como el milagro de los panes del nazareno.

Fe en el porvenir -lugar común si los hay- y un desconcierto por un futuro tan cercano como irremediable. 

Milton Friedman líbranos del Neoliberalismo berreta, de los mercaderes del templo y de vos mismo.

Feliz año nuevo. RCS

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