Para los argentinos este ha sido un año largo y de temores cotidianos; de verdades parciales reveladas y de fe en el desconcierto generalizado. El saldo hoy ya es recuerdo del cambio que nos azotó como viento frío en la jeta, inmerso en un invierno demasiado largo, que se comió nuestra primavera y alguna ilusión. 2016 es hoy el recuerdo profano de cuando se desataron los miedos burgueses contra los negros marginados y perversos, ladrones de celulares, honores y vidas. De cuando la década robada dió paso a la década gestionada (pero financiada con deuda) de cuando se multiplicaron las causas de corrupción como el milagro de los panes del nazareno. Fe en el porvenir -lugar común si los hay- y un desconcierto por un futuro tan cercano como irremediable. Milton Friedman líbranos del Neoliberalismo berreta, de los mercaderes del templo y de vos mismo. Feliz año nuevo. RCS