Días atrás hubo elecciones el nuestro querido Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
Momento emotivo como pocos, si los hay. El reencuentro con tantos nuevos y viejos amigos y colegas -algunos más viejos que amigos, a decir verdad-. Realmente todo un lujo.
El frío no amainaba por la avenida Corrientes, pero el deber profesional se imponía entre los guerreros del derecho! (Tordos Queridos por supuesto!)
Y tanto era ese frío en la puerta del Colegio que los bogas teníamos las manos en nuestros propios bolsillos. Buenas Tardes.
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