La tarde fría del viernes fue terminando en “mordisquito” entre cerveza mala y maní recontra malo (pero con precios lejanos de los de la “aristocrática Giralda”).
Con mi gran amigo Diego Lencina charlamos bastante y casi ni no nos pisamos al hablar (vieja costumbre que empezamos a abandonar creo).
Nos burlamos de los pueriles problemas políticos de “house of cards” comparados con la increíble aparición del necronomicón en las tierras de baez.
Intentamos lo mejor que pudimos esbozar -también puerilmente-, estos tiempos ajetreados que nos tocan vivir, y llegamos a aquella gran incógnita que paraliza: ¿Dónde terminará todo este asunto?
Que alguien suba una copia del necronomicón a la red, por favor.
Buen día.
Con mi gran amigo Diego Lencina charlamos bastante y casi ni no nos pisamos al hablar (vieja costumbre que empezamos a abandonar creo).
Nos burlamos de los pueriles problemas políticos de “house of cards” comparados con la increíble aparición del necronomicón en las tierras de baez.
Intentamos lo mejor que pudimos esbozar -también puerilmente-, estos tiempos ajetreados que nos tocan vivir, y llegamos a aquella gran incógnita que paraliza: ¿Dónde terminará todo este asunto?
Que alguien suba una copia del necronomicón a la red, por favor.
Buen día.
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