Aquél 11 de septiembre de 2011, 2.753 personas murieron en los ataques de Nueva York, 184 en el Pentágono, y 40 en el vuelo 93, que se dirigía a la capital estadounidense hasta que los pasajeros y la tripulación se rebelaron y los secuestradores lo hicieron estrellar sobre Pennsylvania.
Éste fue el primer ataque extranjero en territorio continental de Estados Unidos en casi dos siglos, y motivó luego las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003) y en donde la guerra aún sigue causando estragos más de una década después.
En las retinas quedará el golpe brutal al epicentro del poder financiero mundial.
Lamentablemente para este mundo la lógica del Imperio frente al impío ataque del 11-9 fue cobrar con muerte la terrible afrenta.
Por cierto, la caída de las torres gemelas fue también la representación del delirio en que se ha convertido nuestro proyecto global.
La sangre derramada es la prueba cabal de la deshumanización de un conflicto que inaugurando este siglo, parece no encontrar el fin. RCS
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