ATENAS.- El Primer Ministro griego, Alexis Tsipras, espera que Grecia pueda volver a los mercados financieros en 2017 si su Gobierno logra pactar con los acreedores un alivio de la deuda.
Dijo, Tsipras en una entrevista con la edición dominical del diario Real News: "Si el próximo 24 de mayo (reunión del Eurogrupo) conseguimos lo que queremos en relación con la deuda, en 2017 podremos volver a los mercados, y tal vez podamos dejar atrás los programas de rescate mucho antes de que finalice el actual memorando (agosto de 2018)",
Dijo, Tsipras en una entrevista con la edición dominical del diario Real News: "Si el próximo 24 de mayo (reunión del Eurogrupo) conseguimos lo que queremos en relación con la deuda, en 2017 podremos volver a los mercados, y tal vez podamos dejar atrás los programas de rescate mucho antes de que finalice el actual memorando (agosto de 2018)",
"Una vez que Grecia logre cerrar con sus socios esta primera evaluación del rescate se cierra un círculo y Grecia entrará en una nueva era".
Grecia se sometió a un ajuste feroz, sin ir más lejos, la semana pasada, el Parlamento griego aprobó una reforma fiscal y de pensiones, que persigue economizar 3.400 millones de euros (2% del PIB), a los que se sumará la próxima semana un paquete de medidas por otros 1.800 millones de euros (1% del PIB), porque el objetivo es lograr un superávit primario del 3,5% del PIB en 2018.
Siguiendo las recetas de FMI, los griegos con sangre, sudor y lagrimas estarían en las postrimerías de sus desaguizados económicos.
Grecia se sometió a un ajuste feroz, sin ir más lejos, la semana pasada, el Parlamento griego aprobó una reforma fiscal y de pensiones, que persigue economizar 3.400 millones de euros (2% del PIB), a los que se sumará la próxima semana un paquete de medidas por otros 1.800 millones de euros (1% del PIB), porque el objetivo es lograr un superávit primario del 3,5% del PIB en 2018.
Siguiendo las recetas de FMI, los griegos con sangre, sudor y lagrimas estarían en las postrimerías de sus desaguizados económicos.
Al compás de las recetas de los financistas internacionales y la red de capitales concentrados, las naciones pobres del tercer mundo, e incluso aquellas de la propia periferia europea, se empantanan en un ciclo de préstamos, refinanciamientos y estados de crisis perpetua. Lindo siglo el XXI.
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