Rodrigo Paz Pereira asumió la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia el 8 de noviembre de 2025, tras una segunda vuelta electoral en la que derrotó a Jorge “Tuto” Quiroga con cerca del 54-55% de los votos. Dicha asunción contó con la presencia del Presidente de la Republica Argentina Javier Milei.
Este triunfo marca el fin de casi dos décadas de dominio del partido Movimiento al Socialismo (MAS), que gobernó Bolivia con distintos perfiles desde los tiempos de Evo Morales.
Paz proviene de una tradición de centroderecha o democristiana, y su discurso apunta a una agenda diferente: apertura internacional, fortalecimiento institucional, búsqueda de inversión privada, distanciamiento de la economía de carácter estrictamente estatal-interventor y durante su asunción refirió que su país ya no estaría “aislado” tras años de políticas de izquierda.
En suma: cambia el signo político hacia una orientación más liberal-moderada, con énfasis en el mercado, la institucionalidad y la inserción internacional. En parte un signo de estos tiempos.
Milei y Paz tuvieron un encuentro protocolar, donde ambos intercambiaron obsequios y acordaron retomar una “agenda común” de cooperación bilateral.
Relaciones diplomáticas y regionales
Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Bolivia se remontan a 1825 e históricamente han revestido suma trascendencia para ambas naciones fronterizas.
El cambio político en Bolivia puede modificar la alineación regional, porque hasta ahora, el MAS impulsó agendas de integración latinoamericana más de izquierda, con vínculos fuertes hacia gobiernos afines. Pero bajo la presidencia de Paz, Bolivia ha anunciado una reapertura de relaciones diplomáticas con países hasta ahora menos conectados — por ejemplo los Estados Unidos.
Para Argentina eso implica dos cosas: por un lado, una oportunidad de renovar relaciones bilaterales sin condicionamientos ideológicos tan marcados y por otro, la necesidad de adaptarse a un socio que puede priorizar agendas distintas (más orientadas al libre comercio, mayor autonomía frente a alianzas tradicionales de izquierda), máxime teniendo en cuenta desde lo social, que según estimaciones bolivianas, en la actualidad residen en la argentina aproximadamente un millón de bolivianos.
Cooperación comercial y energética
Bolivia ha sido histórica proveedora de gas a Argentina, así como socio en temas de infraestructura fronteriza y comercio bilateral.
Con un gobierno boliviano más abierto a la inversión privada y al comercio internacional, Argentina puede explorar nuevas oportunidades: por ejemplo la importación de gas, mayor integración fronteriza, proyectos conjuntos en infraestructura. Mejor manejo de los problemas comunes vinculados al delito transfronterizo.
Sin embargo, no está garantizado que los términos sean tan favorables como en la etapa de mayor estado-intervención boliviano, por lo que Argentina deberá negociar con mayor atención.
Retos y recomendaciones para Argentina
Argentina deberá asegurar que los acuerdos previos se renueven de forma activa, porque un cambio en gobierno boliviano puede implicar revisión de convenios. También es recomendable fortalecer los mecanismos fronterizos de cooperación, migración, salud y justicia, ante el posible cambio de políticas por parte de Bolivia. Y especialmente vigilar el tema energético: aunque Bolivia ahora puede tener una mayor apertura, también arrastra problemas estructurales en producción de gas; Argentina deberá ver si conviene reiniciar importaciones o renegociar.
(*) Dimi Coutivas, especialista en política internacional para la ciber doxa.
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