(...) Para Argentina, el Brexit tiene una lectura ambigua. Para quienes se ilusionan con una Gran Bretaña más débil y ya sin la UE respaldándola, capaz de negociar por Malvinas o con los españoles, Gibraltar, cabe no subestimar el componente nacionalista e imperialista inglés.
Con la pérdida de los escoceses en el mediano plazo y aferrados sus nuevos gobernantes, como nunca antes, a la flema inglesa herida, por lo que no necesariamente una Inglaterra aislada supondría mayor flexibilidad negociadora, sino lo contrario.
Es que la historia ha mostrado muchos ejemplos de países que se suicidan porque no pueden asumir simplemente que ya no son lo que eran. La Inglaterra que emerja de una Gran Bretaña ya hecha añicos no tiene por qué ser la excepción. En este aspecto, además, si estamos ante una era iliberal, con tanta fragmentación y populismos, algo parecida a los años treinta, previa a los grandes totalitarismos europeos, bien vale recordar la frase de Karl Marx: "La historia se repite, primero como tragedia y luego, como farsa".
"Gran Bretaña y el mundo pos-Brexit por Marcelo Montes (25 de junio de 2016 infobae)
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