“La realidad me pone nerviosa”, dice Beatriz Sarlo mientras se pone de pie para ir a buscar el paquete de cigarrillos y la boquilla. Aclara que fuma poco, unos cinco cigarrillos por día. “Te voy a decir cuál es mi temor… Recuerdo una noche del 93 en Plaza de Mayo, me di vuelta y vi llegar a los cartoneros, a los pobres, a los miserables, a los sin dientes, a los que revolvían los tachos de basura. La latinoamericanización de la Argentina, como decíamos en ese momento, era completamente nueva. Una de las cosas que escribí entonces es que en los primeros sesenta años del siglo XX, hasta el golpe del 66, la Argentina se caracterizaba por tener pleno empleo, alta tasa de sindicalización y una eficaz tasa de alfabetización. La pobreza en las villas era otra; la gente tenía como perspectiva salir de la villa. Mi gran temor hoy es, ¿si nos damos vuelta qué vamos a ver? No voy a ver la riqueza que está goteando hacia abajo y avanza por el puente Avellaneda –ironiza–. No hay goteo de la rique...