A mediados de mayo, la minera Glencore presentó ante el Juzgado Federal N° 1 de la provincia de San Juan en Argentina el estudio que la empresa encargó al laboratorio Urs Aecom para dar cumplimiento al peritaje técnico que el 30 de enero realizaron funcionarios de Chile y Argentina en las aguas aledañas al botadero Cerro Amarillo de propiedad de Los Pelambres, que está emplazado en la frontera y que mantiene enfrentada a la empresa suiza con el grupo Luksic ya que 51 hectáreas de la escombrera están en territorio trasandino.
Los resultados de los análisis, a los que tuvo acceso The Clinic Online, contradicen lo expuesto por la minera Los Pelambres que asegura que el botadero Cerro Amarillo es inocuo para el medioambiente.
Según las conclusiones del análisis argentino, la escombrera, que ha motivado una demanda civil y una querella criminal en Argentina, ha provocado la acidificación de lagunas e incluso representa un riesgo a largo plazo en la zona.
El botadero Cerro Amarillo, del tamaño de un Parque Bicentenario y medio se encuentra a cuatro mil metros de altura en el límite Chile y Argentina. Fue asignado en el año 2004 para tirar los desperdicios de la actividad minera de los Luksic y funcionó hasta 2011. Ello porque en el año 2012 la subcomisión binacional de límites fronterizos corrigió los hitos y se descubrió que parte del basurero minero -51 hectáreas- está en Argentina, en una propiedad de la firma Glencore.
Glencore, que tiene presupuestado levantar el proyecto El Pachón en el área, realizó entonces tres acciones 1) en 2013 solicitó a los Luksic sacar los materiales; 2) en 2014 presentó una demanda civil ante el juez federal de la Provincia de San Juan para que Los Pelambres retire sus residuos, los traslade a Chile y pague por los daños; y 3) en marzo de 2015, a través de su filial Pachón, entabló una querella criminal contra los ejecutivos de Pelambres.
Frente a esto, la minera de los Luksic ha respondido que se operó con los permisos oficiales chilenos que sólo se modificaron cuando ya se estaba en funcionamiento. También han asegurado que los desechos no generan daño, pero que trasladarlos generaría un problema ambiental.
Para sostener este último punto, la compañía solicitó el día 8 de abril, a través del abogado Andrés Jana -asesor jurídico técnico de Chile en la demanda de Bolivia ante La Haya- a la ministra Aurora Williams que le facilitara “todos los análisis efectuados, los resultados obtenidos y cualquier conclusión emanada” del peritaje técnico que por indicación del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomín) fueron llevadas la consultora SGS.
Aquí la historia se complica porque Jana pidió a Minería un documento que Antofagasta Minerals ya tenía ya que los Luksic fueron quienes pagaron a SGS por los análisis.
Más aún, según ha logrado reconstruir este medio, el texto que Jana solicitó a Williams fue entregado precisamente por Antofagasta Minerals a Sernageomín, ya que eran estudios pagados por esta compañía, el 22 de abril, y enviados al jefe de gabinete de Williams, Adolfo Galindo, ese mismo día por el director de Sernageomín. Éste, a su vez, los derivó a Jana, pero éste pidió que les pusiera su timbre para validarlos. Ello, pese a que no se trata de análisis hechos por la Secretaría de Estado. Galindo accedió.
El caso, junto con la entrega de un certificado de buena fe por parte de Galindo, son materia hoy de un sumario interno.
NEUMÁTICOS Y AGUAS CONTAMINADAS
Según el estudio argentino, Los Pelambres cometió en un inicio al menos dos errores graves: No pronosticó que las aguas escurrirían al lado argentino ni tomó precauciones para el depósito de neumáticos, que se encuentran en pilas de cuatro en el suelo y que suman al menos 470 según se contabilizó.
“Debido a las características mineralógicas del material extraído y depositado en Cerro Amarillo es posible postular que casi todo el material depositado tiene un potencial neto de acidez y va a producir aguas ácidas”, destaca el texto que acota que “el agua de la laguna LC4 ubicada a menos de 200 metros de la escombrera de lado argentino presenta un PH de 4,4 lo cual corresponde a aguas ácidas probablemente debido a drenajes provenientes de la escombrera”.
Agrega además que estas aguas tienen alto nivel de sulfato, nitrato y cobre.
El estudio argentino recalca que el grupo Lukisc analizó, para decir que no hay efectos negativos, los resultados obtenidos en la laguna de la Carnicería, pero que ésta se ubica a 2 km de la escombrera y aunque no presenta agua ácida, sí presenta agua alcalina, lo que también está fuera de norma.
FUENTE http://www.theclinic.cl/2015/05/25/el-trato-preferente-a-los-pelambres-de-la-ministra-de-mineria-que-trabajo-en-empresa-controlada-por-luksic/
Los resultados de los análisis, a los que tuvo acceso The Clinic Online, contradicen lo expuesto por la minera Los Pelambres que asegura que el botadero Cerro Amarillo es inocuo para el medioambiente.
Según las conclusiones del análisis argentino, la escombrera, que ha motivado una demanda civil y una querella criminal en Argentina, ha provocado la acidificación de lagunas e incluso representa un riesgo a largo plazo en la zona.
El botadero Cerro Amarillo, del tamaño de un Parque Bicentenario y medio se encuentra a cuatro mil metros de altura en el límite Chile y Argentina. Fue asignado en el año 2004 para tirar los desperdicios de la actividad minera de los Luksic y funcionó hasta 2011. Ello porque en el año 2012 la subcomisión binacional de límites fronterizos corrigió los hitos y se descubrió que parte del basurero minero -51 hectáreas- está en Argentina, en una propiedad de la firma Glencore.
Glencore, que tiene presupuestado levantar el proyecto El Pachón en el área, realizó entonces tres acciones 1) en 2013 solicitó a los Luksic sacar los materiales; 2) en 2014 presentó una demanda civil ante el juez federal de la Provincia de San Juan para que Los Pelambres retire sus residuos, los traslade a Chile y pague por los daños; y 3) en marzo de 2015, a través de su filial Pachón, entabló una querella criminal contra los ejecutivos de Pelambres.
Frente a esto, la minera de los Luksic ha respondido que se operó con los permisos oficiales chilenos que sólo se modificaron cuando ya se estaba en funcionamiento. También han asegurado que los desechos no generan daño, pero que trasladarlos generaría un problema ambiental.
Para sostener este último punto, la compañía solicitó el día 8 de abril, a través del abogado Andrés Jana -asesor jurídico técnico de Chile en la demanda de Bolivia ante La Haya- a la ministra Aurora Williams que le facilitara “todos los análisis efectuados, los resultados obtenidos y cualquier conclusión emanada” del peritaje técnico que por indicación del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomín) fueron llevadas la consultora SGS.
Aquí la historia se complica porque Jana pidió a Minería un documento que Antofagasta Minerals ya tenía ya que los Luksic fueron quienes pagaron a SGS por los análisis.
Más aún, según ha logrado reconstruir este medio, el texto que Jana solicitó a Williams fue entregado precisamente por Antofagasta Minerals a Sernageomín, ya que eran estudios pagados por esta compañía, el 22 de abril, y enviados al jefe de gabinete de Williams, Adolfo Galindo, ese mismo día por el director de Sernageomín. Éste, a su vez, los derivó a Jana, pero éste pidió que les pusiera su timbre para validarlos. Ello, pese a que no se trata de análisis hechos por la Secretaría de Estado. Galindo accedió.
El caso, junto con la entrega de un certificado de buena fe por parte de Galindo, son materia hoy de un sumario interno.
NEUMÁTICOS Y AGUAS CONTAMINADAS
Según el estudio argentino, Los Pelambres cometió en un inicio al menos dos errores graves: No pronosticó que las aguas escurrirían al lado argentino ni tomó precauciones para el depósito de neumáticos, que se encuentran en pilas de cuatro en el suelo y que suman al menos 470 según se contabilizó.
“Debido a las características mineralógicas del material extraído y depositado en Cerro Amarillo es posible postular que casi todo el material depositado tiene un potencial neto de acidez y va a producir aguas ácidas”, destaca el texto que acota que “el agua de la laguna LC4 ubicada a menos de 200 metros de la escombrera de lado argentino presenta un PH de 4,4 lo cual corresponde a aguas ácidas probablemente debido a drenajes provenientes de la escombrera”.
Agrega además que estas aguas tienen alto nivel de sulfato, nitrato y cobre.
El estudio argentino recalca que el grupo Lukisc analizó, para decir que no hay efectos negativos, los resultados obtenidos en la laguna de la Carnicería, pero que ésta se ubica a 2 km de la escombrera y aunque no presenta agua ácida, sí presenta agua alcalina, lo que también está fuera de norma.
FUENTE http://www.theclinic.cl/2015/05/25/el-trato-preferente-a-los-pelambres-de-la-ministra-de-mineria-que-trabajo-en-empresa-controlada-por-luksic/
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